¡QUE ME PARTA UN RAYO!
AUTOR: Pablo Barrena García
ILUSTRADOR: Luís Bernal
EDITORIAL: Edebé, periscopio
EDICIÓN: 6ª
AÑO:1991 (primer libro) /2002
AÑOS A LOS QUE VA DIRIGIDO: A partir de 12 años
CONCLUSION:
Este cuento trata sobre un hombre que a la muerte de su mujer se va a vivir con su hijo, la mujer de este y su nieto. La convivencia es mala entre suegro y nuera y esto hace que la convivencia en la casa sea mala entre todos. Los padres de Luisín no están mucho con su hijo y es su tía Magda la que le aporta el cariño que los padres no le dan hasta que viene el abuelo.
El abuelo y su nieto se empiezan a llevar mejor cuando éste le cuenta a Luisín la historia de sus amigos de la guerra, y esta historia hace que el abuelo y el padre de Luisín, su hijo, empiecen a recobrar lo que habían perdido cuando se casó con su mujer.
El abuelo se va a Barcelona porque ya no aguanta más a su nuera, pero volverá porque su nieto se lo pide, y más tarde, tendrán un accidente el abuelo y el nieto que harán que sus vidas cambien y se aúnan queriéndose más de lo que se han querido nunca, porque al final comprenden que se necesitan, el niño tiene a una persona más que le da cariño a parte de su tía Magda y el abuelo entiende que su nieto no es como sus padres y que lo que necesita es que estén más pendientes de él.
Es un libro que habla de guerra, de sentimientos, de esperanza, de ganas de morir por parte del abuelo porque cree que no le necesitan, hasta que comprende que es todo lo contrario, su hijo le necesita aunque no se lo diga pero indirectamente si se lo dijo al decirle que se fuera a vivir con ellos, y su nieto necesita a ese abuelo que le da cariño ya que sus padres no saben cómo dárselo.
Este libro tiene la finalidad de hacer pensar al lector que no se puede criticar todo lo que pasa a tu alrededor porque de esa forma no se disfruta, por eso, es mejor disfrutarlo y aprovecharlo, porque puede llegar un momento en el que lo pierdas y lo eches de menos.
El texto es bueno, utiliza palabras formales, cultas y coloquiales lo que hace que al lector se le dé un vocabulario amplio y diverso. En cada capítulo suele tener una o dos ilustraciones que acompañan a las páginas anteriores y te hace meterte en la historia para descubrir su final.
